Mucho que contar, y poco que decir...
sólo hay que elegir para ser feliz...
Enseñame a vivir como tu_________________________(la vida no es lo mismo sin ti)
Pensamientos varios_____________________________(¿qué se te pasa por la cabeza?
Viajeros al tren____________________________(de camino a casa con gente interesante)

Y allí estaba él...

Sí, el chico del impermeable azul pasaba por la calle tranquilamente dejando que la lluvia le recorriera por todo el cuerpo. Sus zapatos negros, su pelo rubio como el sol, y su impermeable azul que le hacía juego con los ojos...


Era una combinación de perfección, nada ni nadie lo podía cambiar...era perfecto.
De pronto noté algo en mí, hacía tres segundos no me habría fijado en su forma de andar, ni vestir, pero ahora era una persona nueva, con energía, con ganas de vivir.
Durante los tres segundos que me quedé mirándolo, me cambió mi forma de ser, era como si hubieran pasado años y años después de el últimos suspiro de vida solitaria. Me gustaba su forma de andar bajo la lluvia, era elegante y frágil, no quería que se fuera...me gustaban sus ojos, y su mirada. Mis pensamientos empezaban a rondar a través de el...Y un segundo después empezó a granizar. El chico misterioso observó el cielo y cambió de rumbo. Empezó a andar rápidamente hacia dentro de la cafetería.

Empujó con fuerza la puerta de cristal. La cafetería estaba llenísima. Él miraba de un lado a otro, pero no encontraba ningún sitio donde sentarse. De pronto me di cuenta de que el único sitio libre era el que le reservaba a Clara. ¿Qué querías que hiciera?, ¿que el chico se quedara solo, y de pié en medio de la cafetería? Quité disimuladamente la mochila llena de libros, haciendo como si fuera a buscar algún libro o algo, y la dejé a mis pies. Nunca me habría imaginado que eso me ocurriría a mi, era algo extraño, pero me gustaba. La música que sonaba en mi mp4 iba al ritmo de mi corazón a medida de que el se acercaba a sentarse a mi lado en el taburete que hacía unos segundos pertenecía a Clara. Mis manos temblaban, era imposible seguir bebiéndome el chocolate...Mis ojos no sabían donde mirar, ni mis piernas como colocarse, nunca había experimentado esa sensación.

Cuidadosamente apartó el taburete de la barra. Dejó la bandolera en el suelo y se limitó a levantar la mano para llamar al camarero y decir "un chocolate caliente por favor". Me pareció un poco raro su forma de hablar, pero quien sabe, a lo mejor era porque llevaba el mp4. De pronto me miró, me gustaba como me contemplaba pero tenía miedo de observarlo y que el dejara de mirarme...No me pude resistir, tenía que hablar con él como fuera.
Cogí una revista que había allí en la cafetería, y busqué rápidamente los sudokus. Entonces cogí mi mochila y empecé a hacer como si buscara un bolígrafo, y como supuestamente no lo encontraba, le miré y le dije con una sonrisa en los labios:

- Hola, me puedes dejar un bolígrafo por favor?

Vi sus ojos confusos, parecía que no entendiera lo que decía, se quedó bastante tiempo pensando descifrar esas extrañas palabras dichas por una desconocida.

- Lo siento es que no entiendo muy bien el español. ¿Sabes hablar English o Français?

Su voz era dulce como un caramelo, y bonita como una tarjeta de navidad. Me hizo gracia, me había fijado en un chico que apenas conocía mi lengua, pero me daba igual, iba a seguir hablando con él aunque fuera en chino. Entonces intentamos hablar inglés.

Nos lo pasamos muy bien intentando hablar inglés. Nos preguntábamos uno al otro. Me contó que él vivía en Bruselas pero antes vivía en Flandes , y que había venido aquí durante seis meses para aprender idioma hacía una semana. Vivía con una familia muy amable. Luego le conté que yo estuve allí, hacía unos años. Creo que le gustó que se lo dijera. Esbozó una sonrisa en su cara en ese momento. Sus ojos me miraban con mucha fuerza, y me encantaba que me mirara así. Respecto a Clara, me llamó una hora y media más tarde, pidiéndome perdón, diciéndome que no podía venir por la lluvia, y que su madre no le dejaba venir. Pero ya no me importaba. Eso ya no era significativo para mí. Sabía que aunque no siguiera a más con ese chico siempre le agradecería que me diera plantón. Lo importante era que enfrente tenía a una persona espectacular, que apenas nos entendíamos, pero a pesar de todo, hizo un cambio en mi vida.


Seguíamos hablando, y hablando, no importaba nada más que esa conversación. Las horas pasaban y pasaban. Me daba igual llegar a casa muy tarde y quedarme hasta las tres de la mañana haciendo los trabajos. Me daba igual porqué era la primera vez en mi vida que estaba realmente feliz. Quería seguir hablando con él hasta que la luz del Sol se eclipsara para siempre. Quería quedarme en esa cafetería con él. Pero, claro no iba a ser así, mi madre me llamó al móvil para que volviera a casa. Sinceramente nunca había odiado tanto a mi madre por llamarme por teléfono. Me daba pena despedirme de él, pero era así. Nos dimos dos besos y me pregunto mi nombre, y después le dije:

-¿Y tú? ¿cómo te llamas?

- Noah.

Noah...ese nombre me recordó a una película que me encantaba de pequeña...me daba pena irme y dejarlo allí sin ninguna forma de comunicarse conmigo, entonces sin pensar le di mi número de teléfono. Me devolvió una gran sonrisa...Cuando empujé la puerta de cristal me gire con rapidez para recordar su mirada, su pelo, sus ojos...y allí estaba él...sentado en el taburete mirándome con esos ojos...con esos ojos que hacían juego con ese impermeable azul...

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